Blogia
No Soy Pilonga

Pestano: sereno y profesional

Pestano: sereno y profesional

 

  Por Martha Hernández Casas

 

   Sosegado hasta en los más difíciles momentos de un juego de béisbol, el receptor del equipo Villa Clara y de Cuba, Ariel Pestano Valdés, muestra en cada salida su capacidad de análisis, inteligencia y destreza en su desempeño.

   Desafiando la superstición juega con el 13 en sus espaldas, digito que también aparece en la matrícula de su auto y que es sinónimo de mal augurio en la cultura occidental. Pero él es así, seguro de sí y no toma en cuenta esos malos auspicios.

   En esta final de la Serie Nacional de Béisbol 49 se le ha visto controlar con ecuanimidad y de manera afable a los peloteros, independientemente del color de sus camisetas, para evitar indisciplinas o reclamaciones en tonos inapropiados ante diferentes situaciones que surgen en el calor del juego.

   Con caballerosidad saluda a los bateadores contrarios cuando llegan al home. Agradable resulta verlo compartir con los adversarios en pleno juego, cuando logra conectar algún batazo.

   Tiene secretos que lo distinguen: buena defensa; experiencia y conocimiento de los jugadores con quienes se enfrenta su equipo; según el conteo y el momento del juego, pide al pitcher el tipo de lanzamiento que más daño ocasiona al bateador en turno.

   Otro de sus atributos consiste en la habilidad para detectar cuándo intentan robarse las bases, pues al conocer a los corredores, solicita bola afuera para con certero tiro evitar la estafa y conseguir el out por esa vía.

   Guía a los peloteros de su conjunto en el terreno, conduce al lanzador y ubica a los jugadores de acuerdo a la estrategia del equipo.

   Aunque no es el clásico jonronero resulta oportuno. Ese desempeño le ha sumado méritos y sus batazos en más de una ocasión han propiciado el empate o la victoria en el desafío. En otros casos, la ventaja y, como todo jugador, también ha tenido desaciertos.

   Su llegada al cajón de bateo está caracterizada por un ritual muy personal, se acomoda varias veces el bate entre las manos, luego se concentra antes de decidirse.

   Si el bateo resultó efectivo y anota carrera, entonces acaricia la tierra del home y mira al cielo. Es feliz.

   El veterano enmascarado de Caibarién lleva su vida de manera apacible, le gusta disfrutar del hogar donde vive con la esposa e hijos.

   A Pestano los más cercanos le admiran por ser honesto, sencillo y sincero. Sus coequiperos le alaban la seguridad que imprime en los momentos más cruciales de los encuentros. Los adversarios quisieran tener a un hombre como él en su elenco.    

 

 

0 comentarios